Para lograr conservar nuestro ecosistema a largo plazo, y para poder regenerar más hectáreas a futuro, necesitamos que nuestra ganadería sea sustentable en lo económico. ¡En este sentido, nuestros clientes son nuestros socios en la regeneración! Valoramos y agradecemos cada compra, y queremos que nuestros clientes sepan que están participando directamente en el rescate y regeneración de ecosistemas y economías del campo mexicano.
Nuestra carne es para quien ama la naturaleza, quien quiere proteger a la flora y fauna nativa, quien quiere rescatar a la economía rural de México, quien le importa el buen trato animal y la ganadería de ética impecable, quienes quieren la calidad nutricional más alta posible en sus alimentos, y por supuesto para quien busca los sabores más exquisitos.
No somos como los otros ranchos y granjas tradicionales de México, y se nota a simple vista de nuestros productos. Debido a que estamos trabajando para mejorar la genética de nuestro Cerdo Mexicano de Pastoreo, no tenemos un tamaño 100% uniforme como las granjas y ranchos que usan razas industriales ya establecidas. En ciertos cortes, como chuletas, costillas y chamorros, no podemos evitar cierto nivel de variación en tamaño y peso por la diferencia natural de tamaño en nuestros animales. Les pedimos paciencia y comprensión a nuestros clientes con estas variaciones en lo que vamos avanzando en la genética hacía una nueva raza estandarizada.
El nuevo Cerdo Mexicano de Pastoreo va a nacer de colaboraciones: la colaboración de nuestro ganado con el ecosistema nativo, y la colaboración de nuestros clientes con nosotros. Consideramos que ya estamos produciendo la mejor carne de todo México, pero queremos mejorar aún más. Nos interesa mucho conocer las opiniones y comentarios de nuestra querida clientela, para poder colaborar cada vez mejor en sus cocinas y paladares. ¡Por favor compartan sus opiniones, comentarios (y reclamos) con toda confianza! Es de suma importancia para nosotros saber las reacciones de nuestros clientes conforme vamos avanzando, aprendiendo y experimentando.
¡Saludos a todos desde Veracruz!
Texto realizado por David Lynch (Socio de Risueño), para Pide Rural
]]>Decidimos empezar con el Cerdo Pelón Mexicano; porque es la única raza nativa adaptada a nuestro ecosistema tropical de Jalcomulco, Veracruz. Sabíamos que los cerdos blancos de granja están adaptados a las condiciones industriales, e iban a necesitar muchos apoyos químicos para sobrevivir en nuestro estilo de crianza rústico, pero que el Cerdo Pelón Mexicano aún conservaba la habilidad genética de vivir en el campo de modo natural y orgánico.
En los pueblos alejados de Veracruz también se había conservado un poco de la genética del Cerdo Pelón Mexicano, y el cerdo de Risueño inició de una fusión de la genética Yucateca del AMECC con lo Veracruzano. Con persistencia y suerte logramos encontrar pie de cría en diferentes lugares en Veracruz, y los cruzamos con algunos ejemplares de Yucatán.
El siguiente paso en nuestra programa genético fue adaptar y seleccionar para la vida en pastoreo regenerativo. El pastoreo regenerativo que practicamos es una fusión elegante de lo moderno con lo antiguo: nuestros cerdos andan libres en el campo al estilo antiguo, pero usamos cerco eléctrico móvil muy moderno para asegurar un impacto regenerativo (y no de sobrepastoreo y erosión), y usamos rotaciones muy largas para prevenir problemas sanitarios y enfermedades.
Nuestro estilo de crianza es muy novedoso en México, así que tuvimos que trabajar nuestra genética inicial para seleccionar la genética adaptada para el pastoreo regenerativo. Ahora llevamos varias generaciones de cerdos adaptándose a nuestro estilo de crianza 100% orgánica y 100% libre pastoreo, con resultados cada vez mejores.
Consideramos que esta adaptación a la crianza en pastoreo regenerativo representa un salto genético significativo, y por eso ahora llamamos a nuestra raza el Cerdo Mexicano de Pastoreo.
¡Pero nuestro trabajo genético no está terminado! Nuestros cerdos ya están perfectamente adaptados al manejo 100% orgánico y a la vida en pastoreo, pero consideramos que hay que mejorar algunos aspectos para lograr tener un cerdo de pastoreo realmente sustentable en lo económico. Por eso el siguiente paso en nuestro programa genético será introducir cantidades mesuradas de la raza Duroc.
La raza Duroc, originaria de Estados Unidos, es reconocida a nivel mundial por su excelente calidad de carne. Hasta los mismos españoles cruzan el Duroc con el Cerdo Ibérico para mejorar el rendimiento sin perder calidad. (La mayoría del jamón serrano español que llega a México es de 50% (o más) raza Duroc.)
Tenemos mucho amor por el Cerdo Pelón Mexicano y por nuestro Cerdo Mexicano de Pastoreo, pero consideramos necesario mejorar el rendimiento para poder competir en el mercado de carnes gourmet y para estar más de acuerdo con el paladar del mexicano moderno.
Texto realizado por David Lynch (Socio de Risueño), para Pide Rural
]]>Estos Cerdos Ibéricos viajeros se fueron adaptando a su nuevo contexto americano y multiplicándose. No había muchas fuentes de grasa en la dieta prehispánica, así que el cerdo fue muy bienvenido y rápidamente se incorporó a la nueva gastronomía de la Nueva España.
En esos tiempos preindustriales la grasa de cerdo, la manteca, era más valiosa que la carne en muchos sentidos. La manteca se convirtió en el aceite de cocina universal en estas tierras, haciendo un maridaje exquisito con los alimentos básicos prehispánicos como el maíz y el frijol.
Los cerdos son de gran utilidad agrícola y económica porque son omnívoros – pueden vivir de dietas muy variadas de desperdicios agrícolas y también de flora y fauna que ellos mismos encuentran. En el campo pre-industrial los cerdos servían como cuentas de ahorro para el campesino – una forma de guardar el valor de desperdicios y subproductos agrícolas, que se podía liquidar en tiempos de necesidad o para fiestas y eventos importantes.
El Cerdo Ibérico de los españoles cumplió con estas funciones agrícolas, culinarias y económicas durante siglos, al mismo tiempo adaptándose a las condiciones tropicales del sur de México para convertirse en el Cerdo Pelón Mexicano.
Pero a partir de la década de los 1960s todo empezó a cambiar. El enorme complejo militar-industrial de los Estados Unidos se volteó en gran parte hacía la agricultura y la industria alimenticia. Se inició la llamada “Revolución Verde” con la innovación y promoción de los fertilizantes químicos y la nueva industria de los agroquímicos.
En estos tiempos también empezó una gran campaña de propaganda promocionando los aceites vegetales, sobre todo el aceite de soya y demonizando los aceites tradicionales como la manteca y la mantequilla. Esta campaña de propaganda promocionó un montón de mentiras sobre los supuestos efectos dañinos de la grasa saturada y el colesterol, respaldado por estudios científicos falsos y corruptos. Solo en las últimas décadas empieza a salir la verdad: que las grasas animales (de buena procedencia) son lo mejor para la salud humana y las grasas vegetales industriales son un veneno.
Al mismo tiempo empezaron a llegar razas de cerdos blancos al campo mexicano. Estos cerdos blancos, promocionados como “cerdos finos”, tenían varias ventajas en lo económico: crecían mucho más rápido, producían más carne y menos grasa, y las cerdas producían camadas de crías mucho más grandes. Las razas de cerdos blancos se prestaban mucho mejor para el nuevo estilo de producción en granjas industriales.
A pesar de esto el Cerdo Pelón Mexicano logró persistir en las comunidades rurales del sur de México, en gran parte por su calidad gastronómica superior y por su rusticidad suprema. La carne del Cerdo Pelón Mexicano es de color rojo intenso, comparado con tonos de rosado y gris en el cerdo blanco, y al degustar es más que evidente una gran diferencia en calidad culinaria. La grasa abundante del Cerdo Pelón Mexicano tiene un color blanco puro, de sabor ligero y delicioso, y hasta con propiedades bioquímicas distintas a la grasa del cerdo blanco industrial. La gran rusticidad del Cerdo Pelón Mexicano también fue clave para su persistencia en los pueblos mexicanos, debido a siglos de adaptación al estilo de crianza antigua – que tenía que ser “orgánica” porque no existían las medicinas y los agroquímicos modernos. El Cerdo Pelón Mexicano llevaba siglos adaptándose a este estilo de crianza rústica, y a los desafíos del clima tropical, mientras los cerdos blancos venían de climas templados y crianza industrial.
Pero al final las campañas de propaganda también llegaron a los rincones más rurales de México. Los aceites vegetales baratos (junto con la Coca-Cola) llegaron a cada pueblito y poco a poco fueron desplazando a los alimentos tradicionales. Los agrónomos promocionaban y regalaban pie de cría de cerdos blancos, y se fue diluyendo y perdiendo la genética antigua.
A finales del siglo 20 el Cerdo Pelón Mexicano ya estaba al borde de la extinción, llegando a niveles críticos en un sentido genético. Pero gracias a los esfuerzos de Walther Osorto Hernández, y la Asociación Mexicana Especializada en Cerdos Criollos A.C (AMECC), se logró recuperar la poca genética conservada en los pueblos rurales de Yucatán, y con dedicación y persistencia lograron rescatar y formalizar la raza.
Texto realizado por David Lynch (Socio de Risueño), para Pide Rural
]]>A lo largo del tiempo, me di cuenta de la importancia de nuestro consumo, dejando cosas tan simples como un refresco, agua embotellada; lo típico que nos dicen que es malo para el planeta, tuve la oportunidad de ser parte como empresario y activista de campañas de limpias de playa, pero la pregunta seguía existiendo ¿qué más podemos hacer?
Y hace dos años, después de estudiar un diplomado en responsabilidad social y una maestría en negocios socioambientales, llegó la respuesta, crear un marketplace con causa, pero con una causa muy fuerte, respetando la esencia de “promover el cuidado del medio ambiente”, ¿cómo? logrando crear un catálogo de productos que también cuidan su esencia desde el origen, que tenga un beneficio para la salud de la tierra y además cuestionarnos que no todo lo que brilla es orgánico. Sí, esa es una de las premisas más importantes, pues cuentas marcas, cuentan con sellos, dicen ser de libre pastoreo, etc… y realmente no lo son.
Es así, como hace ya más de un año, Cristina y yo emprendimos este proyecto que tiene muchas implicaciones y que queremos seguir creciendo, pero no tanto por un resultado financiero, el cual sí debe de ir de la mano, pero para que más personas seamos parte de ese cambio, de esa entrega de salud al planeta.
Hoy quiero invitarlos a cuestionarse sobre cada producto que eligen llevar a su casa, piensen que tan saludable es, no sólo para su familia sino también para el planeta, no dejen de cuestionar de qué tan lejos viene ese producto o qué tan confiables son realmente las certificaciones que tiene, una gallina por ejemplo, que vive en un espacio de 1x1mts es de libre pastoreo, sin embargo, ese no es espacio suficiente para una calidad de vida adecuada para estos animales. Siempre es válido cuestionar e indagar para así estar seguros de que todo lo que consumimos realmente haga bien a nuestro Planeta y a nuestras familias.
Te queremos agradecer que seas parte del círculo de consumo responsable de Pide Rural, pues sin ti esto no sería posible.
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En Pide Rural, desde nuestra fundación, buscamos encontrar conexiones que sean virtuosas para nuestros clientes, para nuestra red de proveedores y para nuestro entorno.
En esta búsqueda nos hemos enfocado en conectarnos con proveedores que cuidan cada aspecto de su producción, ya que somos fieles creyentes de que el consumo que generamos en nuestro día a día tiene un gran impacto. Por ello, es que nuestro compromiso como marketplace es hacer esa investigación y curaduría de los mejores productos para nuestro medioambiente y para nuestros clientes.
]]>En Pide Rural, desde nuestra fundación, buscamos encontrar conexiones que sean virtuosas para nuestros clientes, para nuestra red de proveedores y para nuestro entorno.
En esta búsqueda nos hemos enfocado en conectarnos con proveedores que cuidan cada aspecto de su producción, ya que somos fieles creyentes de que el consumo que generamos en nuestro día a día tiene un gran impacto. Por ello, es que nuestro compromiso como marketplace es hacer esa investigación y curaduría de los mejores productos para nuestro medioambiente y para nuestros clientes.
De los productos de los que nuestros clientes más buscan conocer el origen y calidad son la proteína de origen animal, por ello, es que estamos trabajando en encontrar lo mejor para el entorno y lo mejor para tu salud.
Esta semana llegarán pollo, cerdo y cordero a Pide Rural, de un proyecto regenerativo que no solo cuida el medio ambiente, sino que al cuidar el medio ambiente, permite producir excelente carne, llibre de hormonas y cualquier tipo de aditivo.
Estos productos lo que permiten es aprovechar a la naturaleza para el humano, ayudando a que los animales se desarrollen de una manera sustentable, sostenible y conveniente a favor de todos, incluyendo de la naturaleza misma.
Todos los días trabajamos para llevar los mejores productos para ti, tu familia y para preservar nuestro entorno.
Atentamente,
Juan Pablo y Cristina
]]>Alguna vez te has preguntado ¿qué hay detrás de cada uno de los productos que adquirimos antes de que llegue a nuestras manos?
Si conociéramos la historia que hay detrás del famoso dicho del huerto a la mesa, de la granja a la mesa o del campo a la mesa... esto sería aún más poderoso, pues no es solo conectar el campo mexicano con los consumidores a partir de sus compras, sino que hay implicaciones mucho más fuertes. Hoy es necesario crear cadenas de distribución más cortas, consumir productos locales, conocer quién es el productor, conocer la tierra; que el productor y los distribuidores conozcan y escuchen a sus consumidores, y de esta manera lograr que la voz rural sea escuchada y así alcanzar un circulo de consumo realmente responsable.
]]>Alguna vez te has preguntado ¿qué hay detrás de cada uno de los productos que adquirimos antes de que llegue a nuestras manos?
Si conociéramos la historia que hay detrás del famoso dicho del huerto a la mesa, de la granja a la mesa o del campo a la mesa... esto sería aún más poderoso, pues no es solo conectar el campo mexicano con los consumidores a partir de sus compras, sino que hay implicaciones mucho más fuertes. Hoy es necesario crear cadenas de distribución más cortas, consumir productos locales, conocer quién es el productor, conocer la tierra; que el productor y los distribuidores conozcan y escuchen a sus consumidores, y de esta manera lograr que la voz rural sea escuchada y así alcanzar un circulo de consumo realmente responsable.
Es por lo anterior que cada día me cuestiono si estamos buscando esa conexión o es una mera oportunidad para generar más ventas o mostrar un marketing social de quienes ofrecemos productos del campo.
La realidad es que no es sencillo construir redes de consumo responsable, si no entendemos o nos cuestionamos realmente ¿qué es lo que determina la calidad de un producto? desde hace varios años estamos inmersos en la época de las certificaciones y la calificación de un tercero para asegurarnos que lo que consumimos es lo más saludable para nuestro cuerpo o para el planeta. Nosotros como consumidores tenemos la última palabra, todo comienza y termina en el consumidor. Es por ello, que en Pide Rural, queremos lograr que nuestros clientes conozcan el origen de cada uno de nuestros productos y descubran que son productos que tienen como propósito brindar salud a su entorno, como nuestros pollos de manejo holísticos de animales, o a las personas que trabajan en el proyecto, de las tisanas de Flor de la Paz y que buscan compartirte la importancia de la cuenca de Valle de Bravo. Hoy a un mes y medio de haber arrancado Pide Rural, te damos las gracias por ser parte de este círculo en el que hemos conectado a los productores con el consumidor final, pues haciendo más grande este círculo de consumo, lograremos potencializar el bienestar social, ambiental y de salud de nuestro círculo cercano y esto poco a poco se irá expandiendo.
Gracias por ser nuestro cliente, eres parte primordial de este proyecto, cuenta con que nosotros estamos trabajando cada día para encontrar personas, productos e historias que te sorprenderán y generarán un círculo responsable de consumo.
Saludos,
Juan Pablo
]]>Pasaron los años y mi vida siguió desarrollándose en la ciudad, pero siempre pensando cómo y cuándo podría tener una conexión mucho más profunda con el campo y eso me llevó a comenzar una maestría en Administración de Proyectos Socioambientales, en Valle de Bravo, hace ya ocho años. Fue a partir de ese momento que comencé a tener una interconexión con Valle de Bravo, en lo personal y en lo profesional.
6 años después de mis primeras conexiones con Valle de Bravo, llegue con mi familia a vivir la vida que había soñado desde niño; lo que nos permitió a Cristina y mi darles a nuestros hijos lo que consideramos más importante, una conexión con la tierra y con la naturaleza, lograr que empiecen a descubrir que no hay respeto más profundo al prójimo que el de cuidar y valorar nuestro entorno, pues lo que hacemos aquí tiene un impacto positivo a nivel global, por lo que puede repercutir en mi calidad de vida y la de los demás.
A dos años de vivir en Acatitlán, rodeados de bosque, campo, animales de granja y mis hijos descubriendo el mundo en una granja escuela, hemos notado como nuestros hijos han logrado una conexión muy especial con la naturaleza. Es aquí donde nace Pide Rural, un marketplace que tiene un propósito claro:
Ser la voz de las zonas rurales, sus recursos y sus productos pero sobre todo, de su gente.
Esto lo vamos a lograr contando las historias rurales de cada uno de nuestros proveedores y poniendo a la disposición de las personas los productos en nuestra tienda en línea www.piderural.com. Trabajaremos para revalorizar las zonas rurales del mundo y que ellas nos cuenten lo que viven, lo que sienten.
Pide Rural, somos el espacio para impulsar el consumo de productos rurales que son hechos con el corazón y que respetan su entorno.
Con Cariño,
Juan Pablo y Cristina
]]>Es por ello, que con mucho cuidado y cariño hemos seleccionado cada uno de los productos que encontrarás en nuestra tienda, cada uno de ellos tiene una gran historia que contarte. Se trata de productos creados por manos y corazones artesanos, es por ello, que además de nutrir tu cuerpo, buscaremos nutrir tu corazón, contándote el origen e historia que hay detrás de cada uno de ellos.
Pide Rural es un proyecto que nace tras dos años de vivir en una maravillosa zona rural, San Mateo Acatitlán, Valle de Bravo en el Estado de México. Vivir aquí nos ha dado la oportunidad de conectarnos de una manera más consciente y profunda con la vida social, económica y natural que nos rodea. Hemos redescubierto el placer que viene dentro de lo natural, de lo producido y elaborado “como antes”, de lo producido de forma consciente y hemos encontrado así productos que enamoran a cualquiera.
Vivir aquí nos ha enseñado que Valle de Bravo es mucho más que un lugar turístico o para descansar el fin de semana, es un lugar lleno de historias mágicas. Y son esas historias las que hoy te comenzaremos a contar, historias de la gente que trabaja a diario ya sea en el campo, produciendo alimentos artesanalmente o creando productos para tu bienestar y cuidado personal, sin dejar de lado toda la inspiración que plasman en sus obras cada uno de los artistas locales.
Queremos compartir este proyecto contigo e invitarte a ser parte de él, cada producto que ofreceremos te va contar una historia y si ese producto se conecta con tus sentidos, nosotros nos encargaremos de llevarlo hasta la puerta de tu casa.
Hoy comienza esta historia #rural con varios productos que despertarán tus sentidos y conectarán tus emociones con este lugar mágico en el que nace Pide Rural, Valle de Bravo.
Pide Rural será la voz de las zonas rurales, sus recursos y sus productos pero sobre todo, de su gente.
Con Cariño,
Cristina y Juan Pablo
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